sábado, 12 de abril de 2008

Las mano de la Abuela


Se terminó el paro del campo y volvieron a llenarse las góndolas de los supermecados, las verdulerías están rebozantes de colores y las carnicerías son un templo pagano que rinde culto a Santa Heresford Patrona de los Vacunos.
Me gusta cocinar, tengo la suerte de haber heredado la mano de mi abuela Tota -madre de 9 hijos- quien siempre supo sacar de la galera un buen plato para las "fieras". Cuenta la leyenda familiar que durante el primer peronismo de pos guerra se comía pan negro y guisos de los restos que no emigraban a la Europa de la reconstrucción. Durante el último mes el ADN me facilitó el malabarismo que tuve que hacer para cocinar en una economía desabastecida y viciada de precios inverosímiles analizados por el INDEC. Inventé tartas de productos inimaginables. Soñé milanesas y asados que me perseguían por la 9 de julio. El obelisco se me presentaba como un gran brochet gigante. (Tal vez la falta de vaca en me haya afectando seriamente).
Anoche fui al supermercado con la inocente intención de conseguir unas milanesas como para volver de a poco al estado de bienestar. Obviamente las huestes de Moreno por mi barrio no pasaron para relevar los precios porque fue imposible dar con los cortes populares. De las milanesas, ni rastros. Me acordé de la abuela y sus salidas mágicas a situaciones complicadas. Hice riñoncitos al vino tinto. Quedaron para chuparse los dedos...

2 comentarios:

Jime Ardini dijo...

Quiero un juego de amasar asiiii!
Y carne...
Y milanesas!

Tao777 dijo...

No quiero asegurarte nada pero mirá que se puede comer sin carne. Muy linda la foto.